Foto propia del Taller
“Como Mercurio, y caminando hacia atrás, participé de una sesión sorprendente. Con los pies alados y el corazón henchido de fascinación he sido llevada al igual que los niños a un mundo diferente y más fresco en un día de agosto. Dulce encuentro cuya guía fueron las sensaciones táctiles, olfativas, auditivas, en general sensoriales.
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El baile, la intuición, el sentido del humor y el de la curiosidad fueron los generadores de una atmósfera donde los dioses del Olimpo carecieron de límites en su Tesalia o mejor dicho La Casa Encendida.
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Quizás no sea casual que cerca del sol vivan estos dioses y semidioses y que la Casa Encendida junto con MitoArt hayan sido esa ruta que nos lleva a la mitología. De esta manera hemos conocido el mundo, el arte y las sensaciones de un ritmo natural y necesario que desde nuestro universo puede ser una simple consideración de múltiples perspectivas.
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Las características de los niños no son tan ajenas a la forma de entender el mundo que nos rodea, solo hay que dejarse fluir por sus sensaciones, por el movimiento que ellos mismos generan y sobre todo por la alegría de sentir o de participar en comunidad con otros niños, y de forma casi tangible el arte puede ser también una forma natural que está integrada en nuestras vidas.
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Sólo hay que escuchar a los niños para entenderlo, oírles contar sus experiencias en estos días de la mano de elena -mito-, con MitoArt es el reflejo. Los productos artísticos los llevan dentro, es y será esa la raíz que les hará crecer fuertes y sensibles pero sobre todo creativos. Janet Val Triboullier
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